Cada vez que me uno a vosotros, en una nueva sanación, y que me encuentro con vuestro corazón en el camino, me siento, desnudo, feliz, ilusionado, es como si hubiéramos respirado el mismo aire, visto el mismo amanecer, disfrutado del mismo agua, durante todo el tiempo universal, sin fin, sin horizonte, mi herman@.
Namasté.