Hace unos pocos días, volví a pasar una prueba de esas que pensaba que era imposible superar. Cuando recibí el impacto, pense que algo hacía mucho tiempo, seguía sin ser esquivado, y que, por tanto, su karma, volvía a golpear en mí. Gracias al primer apoyo de mi esposa, y su abrazo amado, me levante de inmediato, nada es casualidad, y era evidente que «el empujón» que me acababa de mandar Dios, era para qué espabilará, pues tenía la solución a un problema largo tiempo pendiente, y no decidía atacarlo.
Inmediatamente, medite, me conecte con la fuente, tome conciencia plena del hoy, del momento, y utilice aquellas herramientas, que cuál magia universal, me iban llegando, de manera automática, (como siempre ocurre cuando meditas y oras).
La solución llegó, varias amigos y amigas, me tendieron la mano, como en su momento pude hacer yo por ellas y ellos, (Gracias a que Dios los puso en mi camino), acudiendo raudos a mi ayuda, uniendo las energías, fundiendo nuestros corazones, la explosión de fuerza provoco un cambio total en los acontecimientos, y ayer incluso uno de mis Ángeles vino de muy lejos para darme su Bendición en persona.
Nada más puedo pedir, el bosque creado por aquellas semillas, plantadas en mi largo caminar, ahora me cobija, me da sombra, agua, energía y vida sanadora, conectados a la oración de Dios.
¡Gracias, Gracias, Gracias, DIOS NUESTRO!
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